Cirauqui a Estella

15 de Mayo de 2013

El albergue de Cirauqui era privado, se llamaba Maralotx, una casa de pueblo bastante conqueta cono 28 plazas. Nos acostamos pronto porque estábamos muy cansados, había dos o tres personas más también acostadas, Luis se durmió enseguida pero a mí me costó más porque había un grupo de franceses que estaba en la habitación de cachondeo y armaban mucho jaleo, parecian los reyes del mambo y demostraban una falta de respeto total, después de una hora les tuve que decir que si por favor bajaban el tono, por suerte hicieron caso. En los anteriores albergues que habíamos estado anteriormente, municipales o parroquiales no habíamos visto nada por el estilo, todo el mundo actuaba con mucha prudencia y consideración, quizás se debiese a ser privado.
El día amaneció muy nublado, como de costumbre a las 6 de la mañana todo el mundo en pie porque a las 8 tiene que quedar vacío, nosotros para no perder la costumbre, los últimos en salir después de un café y un té de máquina. A las ocho de la mañana en la plaza de la iglesia apareció un hombre con un acordeón y luego se le sumaron varias personas más que se pusieron a cantar después de rezar una oración.
Nada más salir del pueblo una gran bajada que Luis tuvo que volver a subir porque se había olvidado el bastón, tardó bastante porque se despistó debido a que se guió por el sonido de los cantores que resultó que estaban en otra plaza diferente del pueblo, por lo visto se desplazaban cantando por el pueblo.
El camino hasta el siguiente pueblo que es Lorca transcurre por una calzada romana, luego hubo tramos con muchísimo barro, ese trozo fue muy pesado, mientras lo hacía me entró muy mal rollo y mal humor ya que no había podido descansar lo suficiente, tenía frío y notaba el peso de la mochila más de lo habitual, como dice Luis (nadie mejor que él para darme ánimo) y tiene toda la razón son "cosas del camino".
Después de Lorca entramos en el Valle de Yerri, nuevamente un paisaje increible de campos de trigo, es bonito verlos "mecidos por el viento", frase que he visto escrita muchas veces y que lo describe perfectamente. Luego pasamos por Villatuerta y finalmente llegamos a Estella, que ya se me habíann pasado todos los males y supe volver a disfrutar del momento. Fuimos directos al albergue parroquial de San Miguel, muy modesto pero muy tranquilo.Con el día que hacía nos apetecía comer caliente, huyendo del menú del peregrino anunciado por "doquier", preguntamos a una pareja que nos indicó varios restaurantes en la Plaza de los Fueros, fuimos al Restaurante La Cepa, muy acogedor y la camarera majísima, comimos muy bien un sitio totalmente recomendable. Después dimos una vuelta por Estella guía en mano.


Día muy frío y gris
Hoy 15 km. aprox.

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