Nos hemos levantado sobre las nueve y a las diez estábamos desayunando en la cafetería Alonso, típica de toda la vida en León. Es un peligro ser goloso en León con sus hojaldres, galletas de nata, mantecados, churros, chocolate... y para los no golosos no te digo nada de la cecina, el chorizo, la morcilla, los quesos, hay un queso en crema que está para chuparse los dedos.
Hemos paseado, actualizado el blog en la biblioteca y luego hemos comido el menú en la cervecería San Isidoro, donde fuí yo a comer el primer día que llegué, está detrás de San Isidoro, a Luis también le ha gustado el menú, sitio recomendable.
Hemos estado preparando la salida de mañana ya que reiniciamos el camino, ya hemos contactado para que nos lleven al siguiente albergue la mochila de Luis con lo máximo y llevaremos solo la mía con lo mínimo, tal como hicimos la primeravezen St. Jean para pasar los pirineos, probaremos este sistema a ver que tal nos va, sobre todo a la pupas que soy yo.
Esta tarde al pasar por la parroquia de San Pedro donde bautizaron a Luis e hizo la comunión, estaba abierta y hemos entrado a verla, está exactamente igual que la recordaba incluso el confesionario donde siempre confesaba lo mismo "he dicho mentiras" aunque fuese mentira.
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